30 de November, 2020
Tejer es una tradición que ha unido a los humanos convirtiéndolos en comunidades. El tejido de la Palma Iraca ha sido en Colombia, y en algunos lugares de Latinoamérica, una representación de etnias y culturas que se han desarrollado gracias a las joyas artesanales creadas con esta planta.
Nacuma, su cogollo
La Iraca, o también conocida como: “Lucua, palma Toquilla o Jipijapa”
, es una especie emblemática de la etnobotánica y botánica económica en América Tropical. En Colombia crece en departamentos
como Caldas, Quindío, Santander y Nariño, porque gracias a sus lugares húmedos y a la presencia de bosques secundarios y quebradas, permiten la fácil reproducción de su semilla.
Para su siembra se utilizan estacas con raíz, que tardan hasta 3 años en madurar y brindar cogollos, los cuales son denominados como Nacuma, razón por la cual sus tejidos tienen este nombre. Sus frutos son de color rojo y algunas veces anaranjados, y su planta puede llegar a alcanzar un tamaño de hasta 3 metros de altura.
Cabe recalcar que aunque su producción tarde dicho tiempo, una vez esta planta produce sus cogollos, no se acaba, pueden seguir produciendo cada mes, y llegan a alcanzar hasta un siglo de vida. Por lo tanto, la Iraca ha acompañado a generaciones de familias que han encontrado en el tejido de esta planta un sustento económico, arte y una relación con la naturaleza.
Así mismo, la producción de palma de Iraca asegura la ocupación de la tierra, convirtiéndolas en productivas, lo que representa para sus cultivadores una alternativa de subsistencia para sus familias y un legado para los diferentes municipios.
De Iraca a Nacuma
La historia de la manufactura a partir de Iraca es un proceso meticuloso y muy elaborado que podría remitirse a la época colonial, pero se cree que su uso viene desde tiempos inmemorables por grupos étnicos originarios de la región neotropical.
En Colombia, son las mujeres las que en su mayoría recolectan los cogollos e inician este proceso que comprende varias facetas: la cosecha, el desorillado (abrir el cogollo y despegar los segmentos), el ripiado y desvenado (separar orillos y venas de los segmentos y dividirlos en cintas delgadas y flexibles); el desagüe (dejar el material en remojo), el entorchado y secado (enrollar los hilos sobre sí mismos y secarlos al sol), el chirliado (separar manualmente los hilos entorchados y secos), el blanqueado (remojar de nuevo y secar al sol durante varios días), el estufado (someter el material al humo y al azufre) y el teñido.
En el 2021 Artesanías de Colombia, iniciará el Plan de Internacionalización del mercado de sombreros de Iraca en los países del Caribe y Centroamérica con buena afluencia de turistas, en cuyas playas el sombrero es un accesorio indispensable.
Sus diversos usos
En Colombia, comunidades indígenas y aborígenes han llegado a fabricar cosas tales como escobas, artesanías como sombreros y bolsos (sombrero de Panamá), canastas, techos para casas, fibras para cestería y artesanías de alta filigrana.
También se encuentra en la jardinería y paisajismo, y más recientemente, como símbolo en rituales religiosos católicos, como el domingo de ramos.
Los cogollos tiernos de esta planta se han utilizado en varios alimentos, ensaladas, encurtidos, e incluso se ha considerado para algunos expertos en culinaria como un “snack” gourmet, que combinado con vitaminas puede ser una excelente opción de alimentación saludable.